Ambos estábamos inscritos desde hace tiempo, pero Ana había quedado el lista de espera, sin embargo sabíamos que las listas corrían y nos fuimos al observatorio!
Un bus para 40 personas aprox. te lleva, y en poco rato estás en las instalaciones/oficinas.
El tour lo realiza un guía de Alma y te lleva por distintas partes de la instalación, comenzando con la vista a los lugares donde ensamblan las antenas, y los "domicilios" para trabajadores, que son containers equipados.
Luego de fotos de la vista impresionante del salar, continúa el tour informando sobre el inicio del proyecto, traslado de antenas, países que participan, hasta llegar a los descubrimientos logrados por este gran Radiotelescopio. Junto con esto, en una sala de video, engloban todo lo informado anteriormente y responden dudas.
Luego pasamos a la sala de controles, donde una Astrónoma nos contó lo que hacían en el lugar, que es más que nada manejar los niveles de humedad, controlar las antenas, ver que todo lleve un buen funcionamiento. En ese momento observaban una galaxia. Los datos, se codifican en números binarios y luego de procesarlos se transforman en imagen, las cuales se envían a otros observatorios. Cabe destacar que el computador que hace este proceso corresponde a 3 millones de laptops, por lo que... ni siquiera me puedo imaginar tamaña máquina.
Y luego, tuvimos la suerte de ver una antena, la cual habían bajado para reparaciones (Ya que la visita no incluye la subida a Chajnantor, que está a más de 5.000 mts de altura, donde se encuentran las 66 antenas. Para subir debes pedir un permiso especial.)
Nos tomamos fotos con la antena y personalmente le mandé las mejores vibras para que encuentre al Starman de David Bowie. <3
Por último, conocimos a Lore y Otto, los que trasnportan las antenas, dos gigantescos camiones de 100 toneladas que viajan a 7km/h, diseñados exclusivamente para
este motivo. Realmente fue una buena experiencia, recomendable para aficionados al tema.
Volvimos y comimos en las cocinerías. Weno! (BBB)
En la tarde arrendamos bicicletas y nos fuimos a Pukará de Quitor, una fortaleza de los Atacameños, que ocupaban para defenderse de ataques de otros indígenas y donde resistieron lo mas que pudieron a los Españoles.
Las ruinas muestran las terrazas donde vivían, sus casas y senderos. Cabe decir que está en un cerro, y cuando subes se observa todo el valle y al fondo el Licancabur.
Luego pedaleamos hasta la plaza de Quitor, que está al lado, y tiene formaciones hechas por los Atacameños, que corresponde a rostros esculpidos en la roca. Nos imaginamos a
una señora y un caballero. (caalleroh)
Por último, pero no menor, pedaleamos un par de kilómetros más hacia la quebrada del diablo, una especie de pasillo entre los cerros, haciendo posible el ingreso con bicicletas, pero debes bajarte en un par de ocasiones y caminar junto a ella.
Al final del sendero puedes subir a lo alto del cerro y observar toda la quebrada, los montes que se forman y por otro lado el volcán Licancabur.
Fue muy cansador (Ana) y queríamos llorar (Ana), pero lograrlo es lo que te motiva a seguir adelante.
Pedaleamos de vuelta a San Pedro, con luz día (20:00 hrs.) y nos mandamos un buen pollo con papas fritas, justo lo que nuestros esbeltos cuerpos necesitaban.
Ya que no habían centros de llamados abiertos (que sucede con ellos? son los únicos que cierran temprano), en la hostal llamamos al transfer y ya estamos listos para volver.
Vuelvo, amor vuelvo...
Nos vemos en la próxima aventura Elbow!
Tips:
- El arriendo de la bici, por 6 hrs. costaba $5.000 (hay lugares mas económicos, pero no sabemos si las bicis eran buenas)
- Mucha agua! y gatorade.
- Si va a Alma, inscribase pronto... y la lista de espera siempre avanza ;) (No espere souvenir)
